Lectura Bíblica:Nehemías 10:1-29
Un nuevo
principio:
Al final del capítulo anterior
hicieron un pacto y al comienzo de este capítulo tenemos los nombres de los
firmantes. Prometieron andar y observar los mandamientos de Dios.
Los signatarios
del acuerdo: Incluyen todas clases, pero son representados
por sus jefes. La historia del pueblo ha sido repasada delante de Dios y ahora
procuran hacer un acuerdo para volver a cumplir la palabra divina. El convenio
es escrito y firmado y sellado por Nehemías primero, luego veintidós
sacerdotes, dieciséis levitas y cuarenta y cuatro cabezas del pueblo. Vemos un
hecho voluntario de parte del pueblo de obedecer la ley divina. Notemos la
preparación hecha antes de firmar el acuerdo.
Conocimiento (cp. 8). La
ley fue leída y por lo tanto sabían lo que prometieron hacer. El Señor también
lo hizo claro en cuanto a la visa del creyente. Es necesario entender al
principiar lo que ha se costar seguir fielmente al Señor. Confesión de pecado (cp.
9) y el reconocimiento de la bondad de Dios. Fue, pues, una promesa de
separación de las naciones y guardar fielmente los días de reposo. La promesa
de este remanente de guardar la ley cuadra bien con la dispensación en la cual vivían;
pero la historia de la nación debería haberlos advertido que sería inútil hacer
un pacto de obras, sus padres lo hicieron en el Sinaí; “todo lo que Jehová a
mandado, haremos”, dijeron. Por medio de esfuerzos propios no será posible. El
Señor ha hecho un nuevo pacto, sellado por su sangre. Nuestro deber es sujetarnos
a la palabra. La única manera que puede ser real será aquella aceptada con fe
personal, por la cual sometemos con obediencia pronta y amorosa. La ley debe
ser escrita no sobre piedra, ni papel, sino sobre las tablas de carne del
corazón.
Walter T. Bevan
Revista devocional: Meditaciones (Edición 1983)