Lectura Bíblica Nehemías 9:7-31
La confesión a favor del pueblo.
Por
acercarnos a Dios por medio de la confesión del pecado, el corazón esta
fortalecido por la contemplación de su gloriosa esencia y constante gracia. Ver
a Dios lleno de gloria y gracia nos hará tomar nuestro debido lugar delante de Él.
En cuanto a su obra, es el creador y preservador de las cosas.
Viene luego la
revisación (vs. 7-31). Tenemos la historia de la rebelión e ingratitud de
Israel. Dominan dos cosas, la bondad de Dios y el pecado del hombre. Dios es un
Dios de gracia; es reconocido en sus obras de gracia y poder. Vimos el
libramiento de la esclavitud de Egipto (vs. 9-11). Vemos algo de la historia
del desierto (vs. 12-21). La columna de fuego, Sinaí, el sábado, el pan del
cielo y las aguas de la piedra. Dios juró darle la tierra y los preservó durante cuarenta años en el desierto.
Es una historia de gracias y de un Dios
que da.
Todo lo que tiene de contar de él es bueno y solamente bueno, pero
cuando tiene que hablar de sí mismos, han sido duros, soberbios, no quisieron oír,
no se acordaron y reveláronse (vs. 16-17)
“Pero
tu eres Dios que perdona…no nos abandonaste” tenemos su historia en la
tierra (vs. 22-31), y es todavía una de desobediencia y rebelión; de dar las
espaldas a Dios.
Los profetas protestaron contra ellos “Para hacerlos volver a Jehová”. “Los soportaste muchos años”. El Espíritu testifica contra ellos
por medio de los profetas. Por fin fueron entregados al cautiverio, pero ni aún
entonces “Tus muchas misericordias” no permitió que fueran consumidos.
¡Que
historia! Es la revelación del corazón de Dios, y del Hombre, y así ha sido su
incansable gracias para con nosotros también.
Walter T. Bevan
Revista Meditaciones (Edición 1983)