Día 4
Lectura Bíblica: Nehemías 8:13-18
“El fruto de oír la Palabra de Dios”
Obediencia, debemos no solamente oír y
entender la Palabra sino también vivir según sus preceptos.
El día siguiente se reunieron otro vez
para aprender más de la Palabra. Es hermoso ver el aumento en su deseo de
aprender. Hicieron luego, lo que era para ellos un gran descubrimiento;
trata de las fiestas de las cabañas. Era el segundo día del mes séptimo y
la fiesta de las cabañas comenzó el día catorce y seguía durante ocho
días. En el intervalo de doce días tendrían tiempo para los preparativos.
Recogieron ramas de árboles y los llevaron a los lugares abiertos de la ciudad
y a los patios y terrazas de las casas e hicieron sus enramadas frondosas
que durante los días de la fiesta han de ser sus habitaciones y todos los
días escucharon de la palabra de Dios.
“Había alegría muy
grande”: La característica de la fiesta fue una de gozo.
Deberían recordar el pasado, su libramiento de Egipto y su peregrinación
en el desierto. La redención por cierto es la fuente de gozo. Fue la última
fiesta del año, completando el ciclo de fiestas y prefigurando el glorioso
fin de los caminos de Dios para su pueblo que los llevaran a las
bendiciones del milenio. Pero no fue solamente algo de celebrar otra fiesta, sino un ejemplo de obediencia a la Palabra
de Dios.
“Lo hallaron escrito…e hicieron así”. Todo es animador y una verdadera luz en
días oscuros. Vemos que la palabra de Dios es todo suficiente para cada
experiencia de la vida, y fue leída todos los siete días, y el octavo fue
“solemne asamblea”. Fue este día octavo que el Señor Jesucristo se puso de
pie y clamo “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí,
como dice la escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”.
Que sea también esa nuestra experiencia.
Walter T. Bevan
Revista MEDITACIONES Devocional
Bíblico Diario (Edición 1983)